martes, 14 de mayo de 2019

CEREALES


¿Quién no ha tomado cereales con leche alguna vez para desayunar pensando que eran saludables?

¿Quién no ha comprado cereales  sólo por ver publicidad mostrando el gran aporte vitamínico, 
mineral y energético?

Pues bien, debéis saber algo sobre estos cereales.
Una de las características favorables de los cereales es el gran aporte de energía procedente de hidratos de carbono; la parte mala es que al procesarlos y mezclarlos con chocolates, frutas o miel, éste aporte se hace sobre todo en forma de azúcares, superando las recomendaciones saludables (25 g de azúcar/día), mayormente en aquellos que están dirigidos a niños; en algunos casos, con sólo un bol en el desayuno, se superaría la dosis diaria recomendada.


Otra gran ventaja que presentan los cereales es el bajo porcentaje en grasas que contiene, es decir, cualquier tipo de cereal sin procesar (trigo, cebada, espelta, arroz, etc) contiene entre 0.5-4 g de grasa por cada 100 g de alimento; esto se vuelve en nuestra contra cuando los cereales han sufrido un proceso de manipulación en la industria, llegando a alcanzar niveles de grasa de hasta 10-12 g de grasas saturadas por cada 100 g de alimento.
Es muy recomendable mirar bien el etiquetado de estos productos antes de comprarlos y si en ellos aparece un aporte superior a 10-15 g de grasas/100 g de alimentos, es preferible no consumirlos y menos a diario.


Es importante tener en cuenta el aporte en grasas y la cantidad de azúcar que consumimos diariamente; no sólo por el aumento de peso que esto puede conllevar, sino también por los distintos tipos de enfermedades que podemos adquirir, como la diabetes mellitus de tipo 2.
Una buena opción para suplir esto es optar por cereales sin componentes añadidos, como copos de maíz, de espelta o de avena y mezclarlos con fruta y/o leche semidesnatada o yogurt, así tendremos un gran aporte de energía para afrontar el día pero sin dañar nuestro propio organismo.

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