martes, 14 de mayo de 2019

VIDEO EXELEARNING

Este es nuestro vídeo final; del grupo frenaybache.
https://www.youtube.com/watch?v=MRdmMpkfgr0&t=1s

CEREALES


¿Quién no ha tomado cereales con leche alguna vez para desayunar pensando que eran saludables?

¿Quién no ha comprado cereales  sólo por ver publicidad mostrando el gran aporte vitamínico, 
mineral y energético?

Pues bien, debéis saber algo sobre estos cereales.
Una de las características favorables de los cereales es el gran aporte de energía procedente de hidratos de carbono; la parte mala es que al procesarlos y mezclarlos con chocolates, frutas o miel, éste aporte se hace sobre todo en forma de azúcares, superando las recomendaciones saludables (25 g de azúcar/día), mayormente en aquellos que están dirigidos a niños; en algunos casos, con sólo un bol en el desayuno, se superaría la dosis diaria recomendada.


Otra gran ventaja que presentan los cereales es el bajo porcentaje en grasas que contiene, es decir, cualquier tipo de cereal sin procesar (trigo, cebada, espelta, arroz, etc) contiene entre 0.5-4 g de grasa por cada 100 g de alimento; esto se vuelve en nuestra contra cuando los cereales han sufrido un proceso de manipulación en la industria, llegando a alcanzar niveles de grasa de hasta 10-12 g de grasas saturadas por cada 100 g de alimento.
Es muy recomendable mirar bien el etiquetado de estos productos antes de comprarlos y si en ellos aparece un aporte superior a 10-15 g de grasas/100 g de alimentos, es preferible no consumirlos y menos a diario.


Es importante tener en cuenta el aporte en grasas y la cantidad de azúcar que consumimos diariamente; no sólo por el aumento de peso que esto puede conllevar, sino también por los distintos tipos de enfermedades que podemos adquirir, como la diabetes mellitus de tipo 2.
Una buena opción para suplir esto es optar por cereales sin componentes añadidos, como copos de maíz, de espelta o de avena y mezclarlos con fruta y/o leche semidesnatada o yogurt, así tendremos un gran aporte de energía para afrontar el día pero sin dañar nuestro propio organismo.

BEBIDAS VEGETALES


¿Bebidas vegetales o leche? ¿Te has hecho alguna vez ésta pregunta? Apostaría a que sí. Con toda la información que recibimos seguro que has leído o escuchado todo tipo de opiniones; no todo lo que explican es válido, así que vamos a intentar a aclarar distintas dudas que pueden surgir.
¿Qué entendemos por leche?
La leche es rica en vitamina D y calcio, dos nutrientes esenciales para mantener la salud de los huesos; también es rica en proteínas de alto valor biológico, ya que aportan aminoácidos esenciales (aquellos que no pueden ser producidos por el propio organismo, por lo que tienen que ser aportados a partir de alimentos), además, un vaso de leche puede llegar a aportar el 26% de IDR (ingesta diaria recomendada) de fósforo, esencial para la formación de huesos y dientes.
Por otro lado, la leche contiene grasas saturadas, aunque el aporte es variable en función de si se trata de leche entera, semidesnatada o desnatada.
Sin embargo, la leche está sobrecargada de colesterol y proteínas. Esto último es lo que hace que esta bebida sea desaconsejable en estados carenciales de calcio o como prevención de osteoporosis, ya que el exceso de proteínas provoca una malabsorción de calcio. Curiosamente, EEUU es el mayor consumidor mundial de leche, y también es el país con más incidencia en osteoporosis.
Con esto no queremos decir que la leche sea perjudicial para la salud, sino que no es recomendable el consumo excesivo de la misma.

Bebidas vegetales… ¿son buenas para nuestra salud?
La bebida vegetal es un producto que puede estar elaborado con diferentes materias primas; las más comunes en el mercado son las que están elaboradas con frutos secos (almendras, avellanas, etc), cereales (avena, arroz) o legumbres (soja). Es una alternativa para aquellas personas que no pueden tomar leche de vaca, ya sea por intolerancia a la lactosa, alergia a las proteínas de la leche, o simplemente porque no les gusta.
Al ser de origen vegetal, no tienen lactosa, ni colesterol; por otro lado, contienen proteínas de mediano valor biológico, por lo que no aportan la mayoría de los aminoácidos esenciales.
Su contenido en sodio es realmente bajo, por lo que son bebidas saludables para personas hipertensas.
Si nos fijamos en el contenido de ácidos grasos, las bebidas vegetales tienen una proporción menor de grasas saturadas y mayor de grasas poliinsaturadas (buenas), favoreciendo la función cardiovascular.
Pero estas bebidas suelen tener un pequeño problema, la cantidad de azúcar que contienen, ya que ésta se suele añadir, aparte de la que ya contiene el propio producto. La bebida de almendra, por ejemplo, suele contener 16g de azúcar en un vaso (200 ml); otro buen ejemplo es la bebida de arroz, ésta puede llegar a alcanzar los 20g de azúcar por vaso; niveles altísimos, teniendo en cuenta que la dosis diaria recomendada de azúcar ronda por los 25g.
En conclusión, las bebidas vegetales no son mejores ni peores que la leche, una aporta elementos que la otra no y viceversa.

ALIMENTOS TRANSGÉNICOS


Existe desde hace varios años un tema muy controvertido, los alimentos transgénicos, aquellos que han sido producidos a partir de un organismo modificado, al que se le incorporan genes de otro organismo para producir unas características determinadas y preconcebidas, es decir, se producen modificaciones en su ADN mediante ingeniería genética, para mejorarlo; maíz, soja, fresa, salmón… son ejemplos de alimentos transgénicos.

Antiguamente eran modificados como resultado de la intervención humana mediante hibridaciones y cruces con la finalidad de obtener variedades más productivas, siendo ahora la ingeniería genética la manera más fácil y rápida.

¿Con qué objetivos se han desarrollado los alimentos transgénicos?

-Crear resistencia a herbicidas y plagas.
-Intentar una mayor resistencia a las condiciones ambientales; sequías, heladas…
 -Aumentar la vida comercial en los productos.
-Mejorar las características nutricionales; ¿cómo? Mejorando el sabor, la textura, el color, la forma…

Pero… ¿realmente son seguros para la salud? Existe información en internet dando a entender que pueden tener efectos adversos, como:
-Aparición de nuevas alergias, por toxinas y alérgenos.
-Resistencia a antibióticos.
-Impacto ecológico y medio ambiental.

La realidad es que estos alimentos tienen que cumplir una serie de normas estrictas que garanticen la inocuidad de los mismos cuando salen al mercado, por lo tanto, no debería existir ningún miedo a la hora de consumirlos.