¡Hola chic@s!
Esta semana hablaré sobre la ley de la dependencia; como
introducción a este pequeño comentario, empezaré haciendo referencia a su
definición; esta ley se centra y aplica a aquellas personas que por razones de
edad, enfermedad grave o discapacidad son dependientes de forma permanente, ya
que no disponen de autonomía o capacidades físicas, mentales o sensoriales; de
manera que tienen que estar acompañadas por una o varias personas a tiempo
completo.
La ley de la dependencia, su supone, aporta diferentes
recursos (económicos y personales) a las personas necesitadas para promover una
autonomía personal, así como la protección y atención individualizada.
Referente
a esto, me gustaría hacer referencia a una clasificación genera por la ley de
la dependencia:
Dependencia de Grado I: Esto es una dependencia
moderada, es decir, cuando las personas requieren al menos una vez al día de
esta atención.
Dependencia de Grado II: Un poco más severa, se necesita
de ayuda varias veces al día para realizar distintas actividades.
Dependencia de Grado III: Es la mayor dependencia;
necesidad de ayuda constante en el hogar y fuera de él, se atiende
preferentemente.
Hasta
aquí tenemos la teoría, pero la práctica es bien distinta; es cierto que se
destinan distintos recursos para las personas dependientes, pero nada más lejos
de la realidad.
Podemos
poder distintos ejemplos de noticias que, al menos a mí, dejan mucho que desear
sobre el ministerio de sanidad:
·
En
una de ellas se nos cuenta cómo una mujer de 91 años de un grado de dependencia
III, recibe una ayuda de 39 euros al mes, siendo el mínimo marcado por el
ministerio de 190 euros/mes; esta mujer tiene la suerte de poder vivir con su
hija, que puede ayudarle y estar medianamente pendiente de ella, pero no todas
las personas dependientes corren con la misma suerte.
·
Estos
problemas no sólo se dan en personas mayores, si no que se da con cualquier
tipo de persona dependiente (de cualquier grado); los casos más sonados en los
últimos años son los enfermos de ELA, habiendo un altísimo porcentaje de
enfermos con 0 ayudas. Uno de los protagonistas que sacó a la luz estos datos
dejó un titular escalofriante –diciendo que si se moría, eso que se ahorraban-.
Según
Dolors Montserrat, había un colchón de unos 100 millones de euros destinados a
personas con dependencia; eso queda muy bonito de cara al público y de cara a
las familias que lo sufren, pero la realidad es que mueren unas 80 personas al
día, es decir, más del 30% esperando que se les confieran una ayuda que nunca
llegará, una falsa esperanza que nunca se podrá ver recompensada.
Duele
ver como se juega con la vida de, por ejemplo, ancianos y ancianas que han
luchado durante toda su vida para que nosotros, actualmente, tengamos cualquier
tipo de derecho; duele ver como sanidad se toma la libertad de retirar ayudas para
realizar los pagos de medicamentos a l@s pensionistas más vulnerables.
No solo
se ven afectadas las personas mayores; ni de lejos es esto así, otro de los
grandes problemas que se dan son las pocas ayudas suministradas a familias que
tienen a personas con algún tipo de discapacidad, además, su “juego” trata de
dar menos ayudas, mientras más las necesitan, esto es, mientras mayor es el
grado de dependencia.
Todo
esto viene marcado por lo mismo de siempre, por el capitalismo; políticos,
banqueros, empresas que tienen muchos intereses y que manejan todo lo que nos
rodea, aunque nos duela y aunque sea duro, es la realidad.
Personas,
por llamarlo de alguna forma, que se ven con el derecho de señalar quien vive y
quien muere, con cero escrúpulos, a los que no les importa echar a una pareja
de 87 años de su hogar con la excusa de que no pagan; ¡claro que no pagan!
¿Cómo van a pagar? Si las pensiones que se llevan ganando durante toda su vida,
trabajando duro, quitándose de todo para poder “labrarse” un futuro, usted,
señor capitalista, se las ha disminuido hasta un nivel en el que se asfixian.
En mi
opinión, vivimos en un país que podría ser de los referentes a nivel mundial
pero, desgraciadamente, estamos rodeados de gente mandataria que piensa y actúa
por y para ellos; por ello, el pueblo debe estar más unido que nunca, debemos
salir a la calle y debemos luchar por lo que merecemos y porque no nos quiten
lo que nuestros abuelos consiguieron en su día.
Espero que os haya gustado, un saludo.
Hola compi
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo contigo, las leyes son una cosa y la realidad es otra totalmente diferente. Mencionando el panorama de España sobre las personas mayores y su jubilación tan tardía cabe decir que En España, la tasa de dependencia en el 2052 será del 99,54%, lo que significará que cada persona activa tendrá que sostener a una inactiva. El grupo de población que más rápido crece son las personas mayores. El INE estima que para el 2030, el número de personas mayores de 100 años superará los 50.000. Este dato nos pone sobre aviso de que, en tan solo 15 años, habremos multiplicado por cuatro el número de personas centenarias. Con este horizonte, y teniendo en cuenta las tasas de paro en las que hoy nos movemos, del 19,5%, el análisis serio y los diagnósticos críticos, son necesarias soluciones para resolver los problemas y aprovechar las oportunidades que esta nueva y próxima realidad nos plantea en las próximas décadas. Los mayores cada vez más buscan mayor independencia, quieren disfrutar de su vejez, lo que conlleva nuevas necesidades que hay que cubrir. En Alares trabajamos de forma innovadora y prioritaria en desarrollar y desplegar servicios asistenciales que cubran las necesidades nuevas que están teniendo para hacerles independientes en sus propios domicilios, y no solo en las grandes ciudades, sino también en núcleos rurales, llegando así a cualquier lugar de España.